miércoles, 2 de marzo de 2016

Nozick y la anarquía



El argumento que veremos aquí es el de Robert Nozick. En Anarchy, State and Utopia, Nozick parte con mucha prudencia desde el estado de naturaleza siguiendo a Locke. El autor se plantea la pregunta de si es necesario abandonar este estado de naturaleza, y por qué. Las conclusiones a las que llega son tres: primero, que dentro del estado de naturaleza, sin que se violen los derechos naturales de nadie, por un mero acto de mano invisible se crean agencias de seguridad que prevalecen unas sobre otras y dominan un territorio dado. Luego, Nozick continúa hacia cómo avanzaría esta agencia de seguridad hasta ser un estado ultramínimo, y por último a ser un estado mínimo. A lo que nos concierne, solo nos concentraremos en el primero de estos argumentos, especialmente porque si las fallas se encuentran aquí, lo que luego deduce Nozick no es necesariamente cierto.

Una excelente síntesis del primer y principal argumento nozickeano la otorga Huemer:

«Robert Nozick contends that the protection industry would succumb to natural monopoly because the value of a company’s service is determined by the relative power of that company in comparison with other companies. Nozick imagines agencies doing battle to resolve disputes between customers. If one agency is more powerful than another, the more powerful agency will triumph. Recognizing that it is better to be protected by the stronger agency, the customers of weaker agencies will migrate to stronger agencies, making the latter even stronger. Since this sort of process tends to amplify initial differences in power, the natural end result is that one agency holds all the power; that is, a monopoly of the industry. Nozick goes on to explain how this dominant protection agency might develop into a full-fledged government.» [1]

Hay varios problemas en este planteo general. En primer lugar, el argumento histórico: no existe ninguna evidencia de que ningún estado, nunca, se haya formado así. Así explica Rothbard [2] que la única forma de considerar un Estado como justificado (cualquiera sea su tamaño) debe ser contractualmente partiendo desde el estado de naturaleza. Pero para ello, ¡hay que volver a tal estado de naturaleza en primer lugar! Por tanto, y como dice con mucha gracia Rothbard, «le incumbe por tanto a Nozick unirse a los anarquistas para reclamar la abolición de todos los Estados actuales y sentarse luego cómodamente a esperar que actúe aquella mano invisible de la que nos habla»[3].

En segundo lugar, su extraña concepción en los tres escenarios imaginarios que plantea. 

En el primero, las agencias luchan hasta que una resulta victoriosa (lo que hace que los clientes de la agencia perdedora la dejen, y compren los servicios de la ganadora). 

En el segundo, las agencias han ganado áreas geográficas más o menos específicas, virtualmente haciendo que aquellos que se encuentren más cerca compren sus servicios. 

En el tercero, las agencias (luego de luchar y no ganar, o no luchar en absoluto) deciden acordar pacíficamente el conflicto, preferentemente, de acuerdo a un tercero imparcial (juez o tribunal) que decida quién tiene razón. 

El problema de los dos primeros escenarios es que son claves en el proceso de mano invisible que dice Nozick, y no se dan. ¿Por qué una empresa gastaría dinero en combatir cuando puede resolver el conflicto casi sin costo alguno recurriendo a un tribunal? Como mucho, podrá decirse que no siempre sucederá así. Es cierto. Ningún anarquista diría que no. Pero decir que puede pasar de vez en cuando (y que la empresa que lo haga pondrá en duda su permanencia en el mercado) es completamente distinto a decir que pasará irremediablemente a un nivel masivo, donde todas las agencias pelearán con otras hasta que quede una. Esto parece ser un escenario completamente irreal, equivalente a decir que "todos actuarán de forma imprudente todo el tiempo". Por suerte o por desgracia, en el mundo real la locura es una excepción, no la regla.

En definitiva, el escenario más probable para la abrumadora mayoría de los casos es el tercero: una resolución pacífica entre las agencias de seguridad. Pero nótese que, sin luchas permanentes, el planteo de la mano invisible nozickeana llega a un callejón sin salida: ¿cómo quedará una sola agencia si casi ninguna de ellas pelearán entre sí? ¿Qué motivará a las personas a pasar de la agencia perdedora a la agencia ganadora, si no existe batalla en la que haya ganadores y perdedores?  

Huemer también ve otro principal problema de Nozick:  «If the task for which one hires a protection agency were that of fighting other agencies, then Nozick analysis would be correct. But one does not hire a protection agency to fight other agencies, nor would agencies provide that service». [4] Precisamente, uno contrata los servicios de las empresas de seguridad para protegerse contra criminales y castigar delincuentes, no para iniciar guerrillas contra otras agencias de seguridad. Además, como ya hemos visto, es extremadamente inviable que existan este tipo de empresas protectoras de criminales.

Otras muy extrañas conclusiones de Nozick pueden leerse en los mismos párrafos. Por ejemplo, las afirmaciones de que «únicamente una agencia de protección opera sobre un área geográfica dada»; o por ejemplo cuando habla del arbitraje, diciendo que «aunque diferentes agencias operan, existe un solo sistema judicial unificado (...)»[5]

¿De dónde se deducen tales afirmaciones?

¿De dónde se deduce que solo habrá una y solo una agencia de protección en un área geográfica? ¿De dónde se deduce que por recurrir al arbitraje para resolver conflictos, habrá un sistema judicial unificado? Evidentemente, de ningún lado. Estos son muy claros non-sequitur, y el propio Rothbard así los trata: «Me permito señalar que (...) el resto es un non-sequitur. El hecho de que cada una de las agencias de seguridad acuerde con todas las restantes someter sus disputas a cortes de apelación o de arbitraje particulares no implica un sistema judicial federal unificado» [6]. Peor aún, una vez virtualmente eliminada la lucha entre agencias de seguridad, no queda ningún argumento que sostenga en pie que quedarán agencias dominantes en zonas geográficas. Bien podría decirse que puede haber otra deducción lógica para llegar hasta aquí, pero simplemente Nozick no la ofrece. El argumento así desnudo, se supone demasiado frágil: de la misma forma que las empresas no necesariamente tienen un área geográfica dada sobre la cual todos los individuos compren sus productos, sino más bien una competencia reñida, lo mismo ocurriría con las agencias de seguridad, y con cualquier otra empresa. No hay razones para pensar que, más allá de cierta eficiencia geográfica objetiva, existan verdaderos motivos para una monopolización geográfica de una agencia de seguridad.

El último argumento que nos otorga Nozick es, siguiendo a Rothbard, que «dado que el valor de lo que es inferior al producto máximo disminuye de una manera inversamente proporcional al número de los que buscan dicho producto, los clientes no se contentarán siempre con el bien menor y las compañías competidoras se verán atrapadas en una espiral decreciente». A lo que Rothbard se pregunta: «Pero ¿por qué?». Precisamente, ¿por qué? Yo me preguntaría: ¿por qué lo que dice Nozick que pasa en este mercado particular no pasa en ningún otro mercado? No hay a la vista ninguna razón por la que los productores de hamburguesas, electrodomésticos, automóviles o juegos electrónicos estén atrapados en una espiral decreciente. Y son mercados con una amplia gama de calidad y cantidad, no mercados que sean ni remotamente perfectos en un sentido neoclásico (es decir, se debería ver incluso con mayor intensidad en éstos mercados la supuesta espiral por la mayor diferencia entre los "productos máximos" y los "bienes menores"). Es claro que tal espiral sencillamente no existe.

En conclusión, los argumentos de Nozick, al igual que los de Rand, tampoco se sostienen. A Nozick no pareció importarle demasiado. En una nota al pie [7] sostiene que la lectura de Rothbard (y también la lectura de David Friedman) «ha sido muy provechosa; sin embargo, ninguno me llevó a revisar lo que he escrito aquí».


[1] Huemer, The Problem of Political Authority, 10.10.1, The Size Advantage in Combat
[2] La Ética de la Libertad, Robert Nozick y la Concepción Inmaculada del Estado.
[3] Ibid.
[4] Huemer, Ibid.
[5] Nozick, Anarquía, Estado y Utopía, El Estado de Naturaleza, La Asociación de Protección Dominante
[6] Rothbard, Ibid.
[7] Nozick, Ibid, Asociaciones de Protección, nota al pie nro. 10

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